El acero es uno de los metales más usados en la industria de la construcción después del hierro. Sin embargo, es un material susceptible a la corrosión, ya que se oxida fácilmente en contacto con agentes externos. La corrosión del acero puede tener efectos devastadores en la construcción, ya que puede debilitar el metal y causar problemas estructurales. En este artículo te contaremos 4 causas de la corrosión en materiales de acero y cómo hacer para evitarlas.
Corrosión del acero por exposición a factores ambientales
La presencia de humedad o de temperaturas extremas pueden corroer las estructuras y materiales de acero debido a la reacción química entre el metal, el aire y el agua. El agua se oxida y forma una capa de óxido que se adhiere al metal. Por lo que la exposición a la lluvia, el viento, la nieve, el salitre, el agua salada y otros factores ambientales son una causa importante de corrosión.
El acero queda desprotegido con el oxígeno presente en el aire o en la lluvia, de esta manera se origina la coloración tan característica del óxido de color café o marrón. La oxidación o corrosión es un problema particularmente grave en entornos húmedos y salinos, como en las zonas costeras.
Corrosión del acero por proceso electroquímico
La corrosión es un proceso químico o electroquímico en el que el metal se deteriora por la reacción con el medio ambiente. Se produce cuando el metal se expone a los ácidos, bases o sales presentes en el medio ambiente, especialmente en el aire y el agua. El acero se oxida cuando estos compuestos reaccionan químicamente con el metal.
El acero es un material muy resistente a la corrosión, sin embargo, si se expone a ácidos, bases o compuestos orgánicos, puede corroerse. Estos químicos corroen el acero debido a que hay una reacción entre la sustancia corrosiva y el metal. Cuando contactan con el metal, se produce una reacción química que genera una nueva sustancia corrosiva.
El proceso de corrosión del acero es muy lento y, por lo tanto, puede pasar mucho tiempo antes de que se produzcan daños significativos. Sin embargo, en algunos casos, puede ser muy rápida y provocar daños graves en el metal.
Corrosión del acero por falta de protección del acero
La corrosión del acero puede ser provocada por la falta de protección en el acero, bien sea por una pintura o recubrimiento debido a que esto expone el metal a la intemperie, lo que acelera el proceso de oxidación.
Esta falta de capa protectora en los materiales de acero también puede permitir que la humedad y otros contaminantes interfieran con la formación de una capa protectora, lo que también contribuye a la corrosión.
Se puede prevenir mediante el uso de revestimientos protectores adecuados, como la pintura antioxidante, el galvanizado o el recubrimiento de plástico.
Corrosión del acero por fricción o roce
La corrosión del acero puede ser provocada por la fricción o el roce porque pueden dañar la capa protectora del metal. Esto expone el metal a la oxidación, que puede causar que se corroa. Aunque tenga una capa de pintura o revestimiento, el roce del acero con objetos abrasivos o metales puede provocar una corrosión localizada.
Este tipo de corrosión es más común en materiales encajables o que se incrustan en, tales como pernos, remaches, ejes y cubos, que son presionados firmemente juntos pero aún se mueven entre sí. La superficie del acero queda expuesta a los factores ambientales y alienta la formación de microgrietas, lo cual tiene un impacto negativo en la resistencia y puede conducir a la falla por fatiga.
La corrosión del acero es un problema ambiental importante, ya que el metal corroído puede contaminar el agua y el suelo. La mayoría de los metales son altamente tóxicos para los seres humanos y los animales, y la corrosión del acero puede liberar estos metales en el medio ambiente.
Para evitar la corrosión del acero, es necesario proteger el metal de la reacción química con el medio ambiente. Esto se puede hacer mediante el uso de revestimientos protectores, como la pintura, el galvanizado o el recubrimiento de plástico.
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